En alguna etapa de nuestro desarrollo evolutivo, en el tránsito del homínido al hombre, nuestra especie consolida la capacidad de abstracción y significación, es decir, el pensamiento y el lenguaje. Un primer constructo de esa capacidad es la conciencia. Y con ella emerge también el extrañamiento. Se da inicio así a la búsqueda de sentido en el ser humano. Y esta búsqueda encuentra una expresión material importante en el desarrollo de saberes. De esta forma, el ser humano se topa con la técnica, el mito, el arte, la religión, la sabiduría, la política, la ciencia y la tecnología. A pesar de ello, para los humanos todavía permanece adelante su encrucijada: abismar su extrañamiento ensimismándose o descifrarlo reintegrándose.
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